Era el cuervo mas apuesto de toda la ciudad le gusta volar y volar no conocía los peligros, no le importaba tener que enfrentarse a una Águila o a un Halcón, siempre era tan libre, tan rápido, tan feliz.
Le gusta volar de noche pues siempre escuchaba un ulular pero no sabía de dónde provenía, era un cuervo muy misterioso siempre vestía de negro y realizaba experimentos al por mayor, un día trato de cazar como las aves más peligrosas, pero estas lo descubrieron y le metieron un gran susto.
La lluvia comenzó a caer haciendo al cuervo tener que enfrentarse con unos cuantos granizos a su paso, voló y voló hasta llegar a un árbol donde encontró a una lechuza asustada, pues nunca había visto a una ave con sus plumas negras tan brillantes, el trato de acercarse y ella alzo sus alas para verse fuerte, más agresiva, el cuervo soltó una carcajada, ella furiosa le grito mongol, el agrego un ito, ella sonrió mirando lo tonto que era ese cuervo.
La lechuza voló por una cobija para cubrir al cuervo que estaba empapado, el cuervo agradeció dándole un picotazo, la lechuza se alejo prometiendo que todas las noches lo cuidaría, el cuervito prometió que jamás la dejaría sola.
Desde ese día el cuervito y la lechuza vuelan juntos por la noche protegiéndose de los depredadores, cuidando el uno del otro de las avalanchas de los rompecorazones, cuidando que las demás aves no quieran separarlos porque aunque no son de la misma clase de aves ellos nacieron para ser hermanos.